Este tema es muy recurrente cuando como en nuestro caso, te planteas un reto tan ambicioso como culminar con éxito una ascención al Mont Blanc.

Asumimos que quien está interesado en el tema y no tenga la suficiente preparación, conocimientos técnicos o experiencia, utilizará la ayuda de un guía de montaña, pero también quien la tenga y quiera disfrutar aún más de la experiencia. Que nadie se equivoque, el mérito no será menor, sí los riesgos y mayores posibilidades tendrás de hacer cima. No lo olvides, en el Himalaya hasta los mejores suben con Sherpas.

Hit the Road, Jack

De igual forma, damos por hecho ya has realizado cursos de seguridad en montaña, nivología, uso de crampones, piolet, técnicas de autodetención, progresión en hielo y glaciares, tienes conocimientos sobre meteorología, alimentación, sabes interpretar un mapa, también montar una reunión y no de colegas para tomarte unas birras, asegurar un paso, tienes un arnés alpino, llevas el material adecuado, eres un experto triangulando con la brújula y tienes unos cuantos «tresmiles» en el «track log» de tu GPS. (Si esta parte no la tienes clara o tienes algo de tu equipo con algodón, de verdad, no vayas;).

Uno de los errores más comunes es una aclimatación inadecuada. Bien sea fruto de las prisas, alguna mala decisión en cuanto a la fecha de realizar el viaje (tampoco sería culpa tuya que las condiciones sean adversas, sí no darte cuenta que no debes subir), o simplemente, subestimar la dificultad que conlleva coronar el Mont Blanc. Te recomendamos leer esta entrada sobre el tema.

Algún experimentado alpinista nos ha comentado en esas noches de refugio y madrugones, la importancia que tiene hacer dos o tres noches más allá de los 3000, luego bajar para dejar que el organismo se recupere y si ese día (noche cerrada más bien) siguiente te encuentras bien, entonces sí, es momento de intentar llegar a los 4810 y ojo, más importante, acabar en el refugio… Obviamente entendemos que no tienes problemas con las alturas y que para ti el vértigo te suena a un disco de U2.

¿Cómo me puedo preparar?

Es una combinación como os decía antes de muchos factores, puedes estar a tope físicamente pero como falles en algún otro punto fundamental no llegarás a la cima. Sobre el entrenamiento previo hay una gran diversidad de opiniones pero si 6 meses antes empiezas bien con una preparación diaria (con uno o dos necesarios días de descanso) que puede ser caminar a ritmo rápido de lunes a viernes entre 7 y 14 km a una media 9 min/km, o bien si tus rodillas te lo permiten (no es mi caso) correr unos 15 km por ejemplo los lunes, miércoles y viernes para después, el fin de semana hacer entre 1500 – 1800 de desnivel, tienes muchas posibilidades de culminar con éxito tu objetivo. Este artículo de Barrabés te será de utilidad para ir formándote tu propia opinión.

Todo ello de una forma progresiva, siendo constante y honrado contigo mismo, pero también conociendo tus límites. La mayoría de las escuelas o guías de montaña que puedas contratar te dirán que a modo de resumen, tienes que ser capaz de hacer entre 800 y 1000 m de desnivel en menos de 2 horas con entre 5 y 10 kilos en la mochila. También es muy importante reforzar tu resistencia aeróbica / anaeróbica, antes de ir realizar una prueba de esfuerzo (vale, Kilian es Kilian-;) y llevar unos hábitos de vida y alimentación saludables.

Es cierto que puedes intentar prepararte 3 o 4 meses antes pero si empiezas en enero para ascender en junio, mejor que mejor. Mucha suerte y sobre todo, buen descenso.